TRENZANDO LA MEMORIA . EL HERALDO

Hace cinco años, un grupo de profesionales y artistas de la provincia, la mayoría oriundos del pueblo de Cascajal, un corregimiento al sur del departamento de Bolívar, se reunieron para crear una revista. Decidieron ponerle por nombre Trenzado, evocando esa ruralía nuestra que a diario trenza sombreros, mochilas y hamacas.

El objetivo de la publicación, siguiendo el compromiso ético de Orlando Fals Borda, ha sido la visibilización de la historia y la memoria de los habitantes de la provincia del Caribe colombiano. Desde su creación, la revista ha contribuido con la complejización del análisis de la región, a tono quizás, con la propuesta de construir una historia sin garantías, desarrollada por el historiador hindú Saurabh Dube.

Esta propuesta invita a los científicos sociales a no garantizar la perpetuación de un discurso homogéneo o las dicotomías reductoras de la diversidad, y que por el contrario, se abran a la construcción de historias heterogéneas y yuxtapuestas.

Si algo se destaca en la revista es la rigurosidad y la seriedad con la que sus creadores y colaboradores asumen esta visibilización. Trenzando está lejos de esa mirada folclorista y exotizante con la que tradicionalmente los centros han mirado a la provincia. Una mirada hegemónica, históricamente cargada de exclusión, racismo y marginalización.

Si bien sus páginas celebran los logros de los provincianos, su capacidad para el canto, la pericia en la ejecución de instrumentos musicales y la facilidad para la improvisación, aquí la comarca no es esa arcadia feliz cuyos habitantes alegres trenzan sombreros, mochilas y hamacas en medio de la miseria.

Sus creadores saben que la perpetuación de esta falsa imagen idílica, de esa supuesta memoria feliz, es una muestra de absoluta falta de respeto con quienes han vivido sistemáticamente en la región los horrores de la guerra.
Comprometidos con el deber y el derecho a la memoria como uno de los mecanismos más importantes para el duelo, y con la necesidad de construir nuevos relatos que maticen las memorias hegemónicas, el viernes de la semana pasada se presentó la quinta edición de la revista Trenzando en la biblioteca Fernández de Madrid, de la Universidad de Cartagena.

Lo que se trenza en esta edición son las historias de asesinatos, torturas, violaciones, exilios, humillaciones y desarraigo que los grupos armados sembraron en la región. Estos testimonios, recogidos a través de crónicas, ensayos y entrevistas, representan una apuesta seria en la construcción de una memoria legítima del conflicto armado en Colombia y en el reconocimiento y dignificación de las víctimas.

Hace mucho tiempo, Walter Benjamin, ese intelectual fascinante, dijo que la verdad residía “entre los pliegues de los abanicos de la memoria”. Una vez abierto ese abanico, los pueblos adquieren una herramienta fundamental para inventarse y reinventarse, y para llenar de sentido sus vidas.
No me cabe la menor duda de que con esta edición Trenzando facilita, sin paternalismos perniciosos, la apertura del abanico de la memoria para un importante número de habitantes del Caribe colombiano.

Vale la pena acercarse a las páginas de esta revista y palpar la hebra con la que este grupo de jóvenes profesionales y artistas de la provincia han venido trenzando su trabajo.

javierortizcass@yahoo.com
@JavierOrtizCass